La zona euro se reúne para acordar un rescate de Chipre

El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, entre los ministros de Finanzas griego (izq) y chipriota en Bruselas.
El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, entre los ministros de Finanzas griego (izq) y chipriota en Bruselas.
(©AFP)

Los ministros de Finanzas de la zona euro se reúnen este viernes para acordar un rescate a Chipre, bloqueado desde hace meses por las acusaciones contra la isla mediterránea de blanquear dinero de la mafia rusa y las dudas sobre la sostenibilidad de su deuda.

“Vamos de debatir hasta ver hasta alcanzar un acuerdo. Después, veremos hasta dónde estamos dispuestos a llegar”, señaló el jefe del Eurogrupo, el ministro holandés Jeroen Dijsselbloem.

La canciller alemana, Angela Merkel, zanjó no obstante que “habrá que ver” si se logra un acuerdo esta noche. “Las cosas llevarán el tiempo necesario, ya que necesitamos una solución duradera”, dijo. El Eurogrupo anunció que quiere limitar el rescate a un máximo de 10.000 millones de euros, en lugar de los 17.000 millones que pidió en junio pasado el Gobierno chipriota, correspondiente al PIB total del país.

A simple vista cuesta imaginar por qué tanta resistencia a rescatar a un país que representa tan sólo el 0,2% del PIB de la zona euro. Incluso, la asistencia financiera que solicita es mínima comparada a las ayudas que recibieron otros países del bloque (Grecia recibió por ejemplo 350.000 millones de euros)

Pero el rescate levanta varios interrogantes sobre el impacto que pueda tener en las primas de riesgo de países como España o Italia, hundidos en la recesión, y provoca fuertes divisiones entre los socios del euro. “Chipre es un país pequeño, pero hay que mirar el impacto que (un rescate) pueda tener”, dijo el ministro español de Economía, Luis de Guindos.

“España quiere una solución que sea buena para Chipre pero también para la zona euro”, añadió al precisar que el país contribuiría con un 12% en el rescate, que se brindaría a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Ya el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, advirtió que el rescate puede tener efectos sistémicos para los países del sur.

Alemania y el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigen obligar a los depositantes a asumir pérdidas (quitas), pero Francia, España, Italia, Luxemburgo, la Comisión Europea (CE) y el propio Chipre se oponen, aduciendo que una medida “tan drástica” golpearía a los países más frágiles. El FMI advirtió que no participará en el rescate si no se respetan sus exigencias, entre ellas evitar que con el plan se dispare el volumen de deuda pública de la isla.

Pero si finalmente se reduce el coste del rescate a unos 10.000 millones de euros, la deuda del país bajaría al 100% de su PIB en 2020, tal como pide la institución basada en Washington. La zona euro también se resiste a dar un rescate financiero a un país que tiene a la mayoría de sus bancos financiados por depósitos y gran parte de ellos (más del 25%) procedentes de clientes rusos.

El Eurogrupo acordó tomar una decisión sobre Chipre, luego de que el nuevo gobierno chipriota del conservador Nicos Anastasiadis acordara “una evaluación independiente” sobre su sector financiero, sospechoso de ser utilizado por la mafia rusa para blanquear capitales. Además, a pedido de la troika, la isla adoptó una serie de medidas de ajuste para reducir sus gastos. El nuevo Gobierno es bastante más flexible con las exigencias de Bruselas que el anterior, que se opuso a varios reclamos de sus socios, entre ellos un plan de privatizaciones.

El Eurogrupo, formado por 17 países de la zona euro, evaluará otras fórmulas intermedias. Una de ellas sería imponer una tasa extraordinaria a los depósitos, que en caso de aprobarse se impondría inmediatamente para evitar una corrida bancaria. Chipre, con solo 1,1 millones de habitantes, desarrolló un sector financiero hipertrofiado y muy expuesto a Grecia que, junto al turismo, constituyó durante años su principal motor de crecimiento.

Sin embargo, el estallido de la crisis en Grecia en 2010, y la quita impuesta dos años más tarde a los tenedores privados de bonos griegos, entre ellos los bancos chipriotas, contribuyeron a hundir el país en la recesión. Ahora, el gobierno advirtió que si no recibe la ayuda, quedará en la ruina. El lunes el nuevo ministros de Finanzas, Michalis Sarris, acudirá a Moscú para pedir una reestructuración de la deuda con Rusia por 2.500 millones de euros y ver si ese país, su gran aliado, también puede contribuir a su rescate.

 

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