Chipre, una pequeña isla que plantea “un riesgo sistémico” a toda Europa

Varias personas hacen cola a las puertas del banco Laiki, en Nicosia este 21 de marzo de 2013.
Varias personas hacen cola a las puertas del banco Laiki, en Nicosia este 21 de marzo de 2013.
(©AFP)

La crisis en Chipre, una pequeña isla del Mediterráneo, constituye “un riesgo sistémico”, y una amenaza con “nefastas consecuencias” para las economías más frágiles de la zona euro como Italia y España, cuando lo peor de la crisis europea parecía haber quedado atrás.

La situación en la isla “constituye un riesgo sistémico y tenemos que obrar en favor de un programa que permita poner fin a ese riesgo”, estimó el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, al defender ante el Parlamento Europeo el plan acordado con las autoridades chipriotas basado en un impuesto sobre los depósitos bancarios.

El país, que constituye tan sólo un 0,2% del PIB de la zona euro, se ha convertido en los últimos días en una pesadilla para el bloque, y en las últimas horas ya muchos hablan de su salida de la moneda única.

“Las autoridades chipriotas tienen tres opciones de aquí al martes: presentar un plan B creíble y viable, instaurar un bloqueo de capitales por un periodo lo suficientemente largo, y preparar la fusión entre los dos principales bancos”, explicó a AFP una fuente europea que pidió el anonimato.

De lo contrario, Chipre deberá salir de la zona euro, advirtió.

Los acreedores de Chipre (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) prometieron hace una semana a la isla un rescate de 10.000 millones de euros, para evitarle la quiebra. A cambio, Nicosia deberá recaudar 7.000 millones de euros. De ellos, 5.800 millones lo deberá hacer mediante gravámenes a los depósitos bancarios.

Según el plan inicial, los depósitos de menos de 100.000 euros, que teóricamente estaban asegurados por el Fondo europeo de Garantías, sufrirían un impuesto del 6,75%, mientras que los superiores a 100.000 euros, de un 9,9%.

Pero tras la ola de pánico e indignación en el continente y su rechazo en el Parlamento chipriota, el plan se matizó y ahora la zona euro querría que se graven únicamente los depósitos superiores a 100.000 euros.

Desde Nicosia, los líderes políticos chipriotas salieron de una reunión con el presidente del país, Nicos Anastasiadis, este jueves afirmando que según un plan alternativo recién acordado entre ellos, finalmente no se gravará ninguna cuenta.

El jefe del Eurogrupo insistió en que no hay “demasiadas alternativas” para salvar a ese pequeño país con un sistema bancario desproporcionadamente grande (seis veces más grande que su PIB), gracias en gran medida a la incesante entrada de capital extranjero atraído por una benévola fiscalidad.

Y recordó que la “mayoría de depósitos bancarios en Chipre no son realmente ahorros, son inversiones”, en su mayoría de millonarios rusos pertenecientes a la mafia.

Las autoridades decidieron cerrar los bancos de la isla hasta el martes, ante el temor de que los clientes saquen masivamente su dinero, lo que hizo recordar al ‘corralito’ que decretó en 2001 el Gobierno de Fernando de La Rúa para evitar que los fondos se fueran de las fronteras de Argentina.

El BCE decidió mantener la provisión de liquidez de emergencia a los bancos chipriotas hasta el lunes. Pero ese balón de oxígeno tiene visos de ultimátum, pues la institución con sede en Fráncfort supeditó proseguir con esa línea a la aprobación de “un programa”.

“Ya el pasado nos ha enseñado que un pequeño problema puede convertise en gigantesco”, advirtió Holger Schmieding, economista en jefe del banco alemán Berenberg.

Aunque Chipre represente el PIB de una de las regiones más pobres de Alemania, una salida de ese país del euro “provocaría grandes turbulencias de nefastas consecuencias” para España e Italia, añadió.

Hasta hace muy pocos días los dirigentes se jactaban de que lo peor de la crisis había pasado, sobre todo porque ya nadie hablaba de una salida de un país del euro, como fue el caso un año atrás, cuando era Grecia la que hacía temblar al bloque.

De ser finalmente rescatado, Chipre se convertirá en el quinto programa de rescate en la Eurozona desde que estallara la crisis, siguiendo los pasos de Grecia, Portugal e Irlanda. España recibió recientemente una millonaria ayuda a su sector financiero.

En los últimos días la incertidumbre se trasladó a las bolsas europeas que sufrieron varias turbulencias.

Una salida de Chipre volvería a golpear las primas de riesgo de los países del sur del continente, que en los últimos meses se habían estabilizado.

Por ello, está en el interés de todos encontrar una solución. “La eurozona podrá amenazar a Chipre con que si no cumple con las condiciones del rescate, deberá salir del euro. Pero Rusia, Alemania y la zona euro saben bien que ese escenario perjudicará enormemente a sus economías”, consideró un análisis de HSBC.

 

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