Negociaciones frenéticas en Portugal para salvar al gobierno de coalición

Protugueses salen a las calles a protestan contra el manejo de la crisis por parte del gobierno central el 3 de julio de 2013.
Protugueses salen a las calles a protestan contra el manejo de la crisis por parte del gobierno central el 3 de julio de 2013.
(©AFP)

Los dirigentes portugueses realizaban este jueves intensas negociaciones para salvar la tambaleante coalición gubernamental tras la dimisión de dos ministros en protesta por la política de austeridad que ha llevado al país a la recesión.

Tras el pedido de Bruselas de que se “aclare” cuanto antes la situación política y la reacción de los mercados, el primer ministro de centro-derecha, Pedro Passos Coelho seguía negociando este jueves con su dimisionario ministro de Relaciones Exteriores, Paulo Porta, que dirige el Partido Conservador CDS-PP, socio minoritario de la coalición que dirige el Partido Socialdemócrata (PSD, centro derecha).

Las reuniones de los dos hombres se sucedían el jueves “en un ambiente muy positivo” tras una primer encuentro el miércoles que el gabinete del primer ministro calificó de “muy constructivo”.

El primer ministro, desesperado por mantener unida la coalición liderada por su formación, se ha negado hasta ahora a aceptar la dimisión de Portas, que siguió a la del ministro de Finanzas, Vitor Gaspar, principal garante de la aplicación estricta del programa de austeridad que Portugal se ha comprometido a llevar a cabo a cambio de una ayuda financiera de 78.000 millones de euros concedida en mayo de 2011.

-EVITAR ELECCIONES ANTICIPADAS-

En Fráncfort, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, declaró que “Portugal está en buenas manos” con la nueva ministra de Finanzas, María Luis Albuquerque, antigua secretaria del Tesoro con Gaspar.

El país ha obtenido hasta ahora “resultados notables, incluso excepcionales”, dijo el jefe del BCE, una de las instituciones que junto con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), integran la denominada troika de acreedores.

Passos Coelho, preocupado con mantener buena imagen ante sus acreedores aseguró que se mantendrá al timón. “Estoy convencido de que será posible encontrar, en el seno de la coalición, las condiciones necesarias para garantizar la estabilidad del gobierno”, dijo el miércoles en Berlín.

Respondiendo a su llamado, el CDS-PP encargó a su presidente llevar a cabo las negociaciones con el primer ministro para que puedan encontrar juntos “una solución viable”.

Según la prensa local, estas negociaciones podrían abocar en una profunda remodelación ministerial y Portas, que había dicho que su dimisión era “irrevocable”, podría seguir en el gobierno e incluso ser promovido al cargo de viceprimer ministro encargado de la Economía.

“La perspectiva de elecciones anticipadas es tan aterradora para el PSD que el primer ministro hará todo para salvar la coalición”, dijo a la AFP Antonio Costa Pinto, politólogo de la Universidad de Lisboa.

Passos Coelho iba a reunirse al final de la tarde con el presidente del país, Anibal Cavaco Silva, para informarle de las negociaciones que lleva a cabo.

-RESPIRO DE LOS MERCADOS-

Las perspectivas de una solución a la crisis hizo que la Bolsa de Lisboa subiera 3,73% tras caer la víspera 5,31%. Por su parte, el rendimiento que pagan los bonos de deuda portuguesa a 10 años, se distendían al final de la sesión después de haber subido por encima del 8% la víspera.

Aunque Passos Coelho logre evitar las elecciones anticipadas que reclama la oposición socialista, “la coalición saldrá debilitada y le costará aplicar las medidas que le exige la troika”, advirtió el politólogo Antonio Costa Pinto.

Los acreedores tienen previsto iniciar el 15 de julio un nuevo examen del plan de ayuda a Portugal, cuyo principal punto sera la reforma del Estado para recortar 4.700 millones de euros más en los gastos públicos, lo que tenía que hacer precisamente Portas.

Pese a los recortes presupuestarios y las subidas de impuestos sin precedentes, la deuda pública de Portugal representa ya el 120% del PIB y el déficit era del 10,6% a finales de marzo, casi el doble de la meta del 5,5% prevista por Lisboa, en medio de una recesión económica y un desempleo galopante.

 

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