Inversores se retiran de mercados emergentes por cambio de política de la Fed

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, durante un discurso sobre planes de inversión el 27 de junio de 2012 en Brasilia.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, durante un discurso sobre planes de inversión el 27 de junio de 2012 en Brasilia.
(©AFP)

Los inversores están dando la espalda a los mercados emergentes, considerados de mayor riesgo, por temor a que la Reserva Federal (Fed) estadounidense reduzca los incentivos de política monetaria adoptados para dinamizar la economía.

Según Olivier Gayno, director de inversiones patrimoniales de HSBC Global Asset Management France, los mercados bursátiles de los países emergentes han perdido ” más de 5% en un mes”.

El jueves, las bolsas asiáticas cayeron en Manila, Bangkok y Yakarta, en la estela de la de Tokio, que se derrumbó más de un 6%.

Eso se debió entre otras cosas a los temores de que tanto la Fed como el banco central de Japón modifiquen sus políticas de compra de activos estatales para aumentar el dinero circulante.

El aluvión de liquidez permitió sostener a los mercados golpeados por la crisis pero también impulsó a los inversores a buscar más riesgosos, y por tanto más rentables. El Fondo Monetario Internacional (FMI) llegó a advertir contra posibles burbujas en esas regiones.

Ahora, en cambio, el dinero vuelve a buscar refugios más seguros. Y los países emergentes, que inicialmente manifestaban malestar por la lluvia de dólares que les llegaban y reforzaban sus monedas, perjudicando por lo tanto sus exportaciones, tratan ahora de retenerlo.

Brasil redujo a partir de este jueves a cero un gravamen de un 1% que imponía desde hace dos años a las operaciones en dólares en el mercado de futuros.

“El escenario cambió” debido a “las nuevas condiciones de la Reserva Federal”, explicó la víspera el ministro brasileño de Finanzas, Guido Mantega. “Estamos reduciéndolo para facilitar esas operaciones en dólares, para que haya una oferta mayor en el mercado de futuros”, completó Mantega, , que hasta hace poco veía en la política de flexibilización monetaria de los países ricos un riesgo de “guerra de divisas”.

En los últimos 12 meses, el real ha sufrido una devaluación de 24% frente a la divisa estadounidense, encareciendo el precio de los bienes importados y empujando al alza la inflación.

También el Banco de Indonesia tuvo que respaldar a su divisa, y similares medidas fueron adoptadas en India.

Para el ministro indonesio de Finanzas, Chatib Basri, la inversión del flujo de inversiones es un “fenómeno mundial” que obedece a “tres razones”: la progresiva reducción de compras de activos por parte de la Fed, el statu quo adoptado por el Banco de Japón sobre su política monetaria y el del Banco Central Europeo, que bajó sus tipos de interés en mayo pero no en junio.

Las acciones no son las únicas afectadas. “Se ven afectados todo tipo de activos de países emergentes ” subraya Mathieu L’Hoir, de Axa IM.

En consecuencia, los tipos de interés que deben ofrecer para financiar sus deudas se dispararon en Brasil, Sudáfrica o Turquía, un país que además padece una crisis política.

La búsqueda de beneficios había creado un “efecto burbuja”, explica L’Hoir. En los países industrializados, debido a la crisis, los precios de los títulos de deuda soberana eran demasiado altos y las tasas de interés demasiado bajas. Hay ahora por tanto un “efecto de normalización” y ello genera “turbulencias”, explica el experto.

A medio plazo, los movimientos de capital podrían impactar negativamente en la actividad económica de algunos países.

Pero algunos ven en esta nueva situación una evolución positiva. “Está bien que se alejen las burbujas y que nuestra economía vuelta a encontrar un equilibrio”, opinó el ministro tailandés de Finanzas, Kittiratt Na-Ranong.

Kittiratt afirmó que su país no tiene la intención de adoptar medidas para frenar la fuga de capitales.

“Es normal que los que los que compraron a bajo precio obtengan sus beneficios y vayan hacia otros activos”, dijo.

Los economistas de Capital Economics creen que “la mayoría de los países emergentes debe aceptar el reciente movimiento de ventas de sus divisa” y añaden que puede incluso tratarse de una buena noticia para muchos de ellos.

 

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